Este martes se conocerá el dato oficial de octubre. Dudas y expectativas por las próximas medidas con la velocidad del tipo de cambio oficial ante la desaceleración de precios.
Las consultoras que miden de manera semanal el ritmo de la inflación observaron que los primeros datos de noviembre absorbieron las subas de precios regulados y otros como medicina prepaga y educación privada y provocaron una leve aceleración respecto a la velocidad con la que finalizó octubre. Todavía no hay consenso sobre si esto implicará que el IPC general este mes repuntará en comparación con el de octubre, que el INDEC informará de manera oficial este martes y que se espera cercano o menor a 3 por ciento.
Una convergencia más acelerada de la inflación hacia la zona del 2%, que es el número al cual se actualiza el tipo de cambio oficial desde la devaluación de diciembre pasado, despierta una pregunta en el mercado sobre si es inminente un descongelamiento del esquema de política cambiaria con una desaceleración del crawling peg. El Gobierno por el momento solo admite que es una opción en análisis, pero evitó dar pistas sobre el timing de una medida de esa naturaleza.
Por lo pronto, las estimaciones hablan de una inflación de octubre que habría estado por debajo del 3% y así perforarían ese número mensual que actuaba como «piso» esperado por el mercado en términos generales para lo que quedaba del año. El dato de inflación porteño mostró una caída desde 4% a 3,2% en octubre. El IPC Bahía Blanca cayó desde 3,1% a 2,4 por ciento. Diferencias metodológicas al margen, se descuenta que la tendencia será la misma a nivel nacional respecto al 3,5% del mes anterior.
Los aumentos que ya eran esperados para la primera parte de noviembre, al menos según dejan ver los datos iniciales del mes, parecen haber hecho repuntar la marcha de los precios. Así lo observaron desde algunas de las consultoras que miden precios de manera semana. Para EcoGo, la medición semanal de alimentos y bebidas dio cuenta de un aumento de 0,7% en los primeros días de noviembre, lo que implicaría una leve aceleración con la semana anterior.
«Con este dato y considerando un aumento proyectado para las próximas semanas del 0,7% -en línea con el promedio de las semanas previas-, la inflación en alimentos consumidos dentro del hogar ascendería a 3% en octubre», estimaron desde la consultora que dirige Marina Dal Poggeto. Al considerar alimentos consumidos fuera del hogar (2,7% proyectado para el 0,6% mes), el indicador asciende a 2,9 por ciento.
Al hacer una proyección general del IPC, EcoGo planteó que la inflación de noviembre sería de 3,2% mensual, es decir que aceleraría respecto a octubre, algo que desde la consultora todavía consideraron «preliminar y sujeto a modificaciones». «El aumento en los precios regulados -combustibles (2,8%), tarifas de luz y gas (2,5% y 2,7%), prepagas (5% en promedio), y colegios privados (4,5% en CABA y 3,6% en Provincia de Buenos Aires), entre otros-, junto con la aceleración de los precios estacionales de cara al Cyber Monday y las vacaciones de verano, contribuyeron a acelerar la inflación en la primera semana del mes», analizaron.
Desde Equilibra, en tanto, la conclusión de los primeros datos de noviembre fue que la inflación de la primera semana de noviembre fue de 0,8%, cuando las dos semanas anteriores habían sido de 0,4 por ciento. Equilibra también atribuyó ese repunte a aumentos ya esperados en precios regulados (3,1%) y servicios privados. «Sin embargo, la calma de alimentos y bebidas, la caída de estacionales (fuerte descenso de la ropa) y la baja de los bienes vinculados al Cyber Monday permitieron que el promedio de 4 semanas descienda», midieron. Con esa información preliminar de la primera semana del mes, la consultora cree que el IPC de noviembre sería de 2,8 por ciento, menor al 3,1% que esperan para octubre.
Por su lado, la consultora LCG, que también hace un seguimiento particular de alimentos y bebidas observaron estabilidad de precios en la primera semana del mes: «Noviembre comenzó sin variaciones de precios respecto a la semana anterior», resumieron. «Esto llevó a que la suba mensual promedio de las últimas cuatro semanas en los precios de alimentos y bebidas desacelere a 2,5% (-0,3 puntos) y, sobre todo, sumado al mínimo incremento semanal registrado en la última semana de octubre (0,1 por ciento)», aseguraron desde LCG.
Libertad y Progreso, por su parte, que midió 2,7% de inflación en octubre, cree que en noviembre podría ser mayor, cercano al 3 por ciento. «Se mantendrá también en torno a este valor en diciembre, cuando la estacionalidad juega en contra del IPC. La suba se explica más que nada por el efecto arrastre mayor que dejó la última semana de octubre, especialmente por el rubro de Alimentos, que tuvo una pequeña aceleración en la última semana del mes. Además, se suman varias actualizaciones de precios regulados, como tarifas y combustibles», comentó Eugenio Marí, economista de ese centro de estudios.
La menor nominalidad de los últimos meses, con el IPC general y la inflación mayorista avanzando a un menor ritmo, abrió la especulación sobre los próximos pasos de política económica, principalmente sobre la velocidad del crawling peg al que se actualiza el tipo de cambio oficial. «El Gobierno sigue mostrando su voluntad por hacer converger tasas e inflación al 2 por ciento. Esto implica reducir o, en el límite, eliminar los beneficios del official carry-trade, poniendo en riesgo los éxitos cosechados en el mercado oficial de cambios», alertó la consultora Vectorial -según publica Infobae-.
«Por esa razón, no sería extraño evaluar la posibilidad de que el Gobierno reduzca el crawling peg del 2% al 1% en los próximos meses con el fin de mantener la estrategia de ancla cambiaria y rendimientos en pesos que le ganen a la devaluación. Por supuesto, esta estrategia precisará de dólares que, por cierto, el BCRA sigue acumulando en buena medida», plantearon como posibilidad.
LCG también tiene a esa posibilidad como una chance cierta para lo sucesivo, ya que consideraron que el 2% mensual del dólar oficial «a comienzos de año no cumplía el rol de orientar expectativas de precios dado que quedó muy por debajo de los índices nominales (precios y tasas), y sólo se limitó a ejercer ‘disciplina de precios’».
Ante la nominalidad actual, consideraron «ese crawl podría, potencialmente, comenzar a ejercer un rol coordinador. Así, una posible orientación cambiaria a través de un ritmo de depreciación creíble, junto con la ganancia de reputación que logró la política fiscal durante el año, e incorporando los efectos positivos que implica la tranquilidad en los mercados financieros, todo en conjunto podría incidir en futuros descenso en la tasa de inflación», concluyeron.