Lionel Messi reconoció hoy que revirtió su decisión de marcharse del FC Barcelona porque el presidente del club, Josep María Bartomeu, le dijo que «la única manera de salir era pagando la cláusula (de rescisión) de 700 millones (de euros)» que figura en su contrato vigente hasta el 30 de junio del año próximo.
El rosarino aseguró que «jamás haría juicio» contra la institución catalana, lo que se presentaba como un camino irremediable por la falta de entendimiento con la dirigencia luego del envío del burofax (carta documento) en el que hizo formal su deseo de romper el vínculo.
En una nota con el sitio Goal.com, aceptó que le costó «muchísimo» la decisión de alejarse de Barcelona y que ello fue «un drama bárbaro» para la familia por el arraigo a la ciudad.
“Voy a seguir en el Barça y mi actitud no va a cambiar por más que me haya querido ir. Voy a dar lo mejor. Siempre quiero ganar, soy competitivo y no me gusta perder a nada. Siempre quiero lo mejor para el club, para el vestuario y para mí. Lo dije en su momento que no nos daba para ganar la Champions. Ya la verdad, ahora no sé qué va a pasar. Hay un entrenador nuevo y una idea nueva. Eso es bueno, pero después hay que ver cómo responde el equipo y si nos va a dar o no para competir. Yo lo que puedo decir es que me quedo y voy a dar el máximo”, expresó el futbolista argentino en Goal.com.